1:1 HUBO un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.
1:2 Y naciéronle siete hijos y tres hijas.
1:3 Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales.
1:4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban á llamar sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
1:5 Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en s
1:6 Y un día vinieron los hijos de Dios á presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satán.
1:7 Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.
1:8 Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?
1:9 Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: ¿Teme Job á Dios de balde?
1:10 ¿No le has tú cercado á él, y á su casa, y á todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra.
1:11 Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.
1:12 Y dijo Jehová á Satán: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano: solamente no pongas tu mano sobre él. Y salióse Satán de delante de Jehová.
1:13 Y un día aconteció que sus hijos é hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,
1:14 Y vino un mensajero á Job, que le dijo: Estando arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,
1:15 Acometieron los Sabeos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada: solamente escapé yo para traerte las nuevas.
1:16 Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los mozos, y los consumió: solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
1:17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los Caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
1:18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;
1:19 Y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, é hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los mozos, y murieron; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
1:20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
1:21 Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito.
1:22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó á Dios despropósito alguno.
2:1 Y OTRO día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satán vino también entre ellos pareciendo delante de Jehová.
2:2 Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Respondió Satán á Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.
2:3 Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aun retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin caus
2:4 Y respondiendo Satán dijo á Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
2:5 Mas extiende ahora tu mano, y toca á su hueso y á su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.
2:6 Y Jehová dijo á Satán: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
2:7 Y salió Satán de delante de Jehová, é hirió á Job de una maligna sarna desde la planta de su pie hasta la mollera de su cabeza.
2:8 Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.
2:9 Díjole entonces su mujer: ¿Aun retienes tú tu simplicidad? Bendice á Dios, y muérete.
2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
2:11 Y tres amigos de Job, Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamathita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos á condolecerse de él, y á consolarle.
2:12 Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron á voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.
2:13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy grande.
3:1 DESPUÉS de esto abrió Job su boca, y maldijo su día.
3:2 Y exclamó Job, y dijo:
3:3 Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido.
3:4 Sea aquel día sombrío, Y Dios no cuide de él desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.
3:5 Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado, Que lo haga horrible como caliginoso día.
3:6 Ocupe la oscuridad aquella noche; No sea contada entre los días del año, Ni venga en él número de los meses.
3:7 Oh si fuere aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella!
3:8 Maldíganla los que maldicen al día, Los que se aprestan para levantar su llanto.
3:9 Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana:
3:10 Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria.
3:11 ¿Por qué no morí yo desde la matriz, O fuí traspasado en saliendo del vientre?
3:12 ¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué las tetas que mamase?
3:13 Pues que ahora yaciera yo, y reposara; Durmiera, y entonces tuviera reposo,
3:14 Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que edifican para sí los desiertos;
3:15 O con los príncipes que poseían el oro, Que henchían sus casas de plata.
3:16 O ¿por qué no fuí escondido como aborto, Como los pequeñitos que nunca vieron luz?
3:17 Allí los impíos dejan el perturbar, Y allí descansan los de cansadas fuerzas.
3:18 Allí asimismo reposan los cautivos; No oyen la voz del exactor.
3:19 Allí están el chico y el grande; Y el siervo libre de su señor.
3:20 ¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida á los de ánimo en amargura,
3:21 Que esperan la muerte, y ella no llega, Aunque la buscan más que tesoros;
3:22 Que se alegran sobremanera, Y se gozan, cuando hallan el sepulcro?
3:23 ¿Por qué al hombre que no sabe por donde vaya, Y al cual Dios ha encerrado?
3:24 Pues antes que mi pan viene mi suspiro; Y mis gemidos corren como aguas.
3:25 Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía.
3:26 No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
4:1 Y RESPONDIO Eliphaz el Temanita, y dijo:
4:2 Si probáremos á hablarte, serte ha molesto; Mas ¿quién podrá detener las palabras?
4:3 He aquí, tú enseñabas á muchos, Y las manos flacas corroborabas;
4:4 Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.
4:5 Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.
4:6 ¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos?
4:7 Recapacita ahora, ¿quién que fuera inocente se perdiera? Y ¿en dónde los rectos fueron cortados?
4:8 Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan.
4:9 Perecen por el aliento de Dios, Y por el espíritu de su furor son consumidos.
4:10 El bramido del león, y la voz del león, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.
4:11 El león viejo perece por falta de presa, Y los hijos del león son esparcidos.
4:12 El negocio también me era á mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello.
4:13 En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres,
4:14 Sobrevínome un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos:
4:15 Y un espíritu pasó por delante de mí, Que hizo se erizara el pelo de mi carne.
4:16 Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:
4:17 ¿Si será el hombre más justo que Dios? ¿Si será el varón más limpio que el que lo hizo?
4:18 He aquí que en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles
4:19 Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, Cuyo fundamento está en el polvo, Y que serán quebrantados de la polilla!
4:20 De la mañana á la tarde son quebrantados, Y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.
4:21 ¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y sin sabiduría.
5:1 AHORA pues da voces, si habrá quien te responda; ¿Y á cuál de los santos te volverás?
5:2 Es cierto que al necio la ira lo mata, Y al codicioso consume la envidia.
5:3 Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.
5:4 Sus hijos estarán lejos de la salud, Y en la puerta serán quebrantados, Y no habrá quien los libre.
5:5 Su mies comerán los hambrientos, Y sacaránla de entre las espinas, Y los sedientos beberán su hacienda.
5:6 Porque la iniquidad no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra.
5:7 Empero como las centellas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.
5:8 Ciertamente yo buscaría á Dios, Y depositaría en él mis negocios:
5:9 El cual hace cosas grandes é inescrutables, Y maravillas que no tienen cuento:
5:10 Que da la lluvia sobre la haz de la tierra, Y envía las aguas por los campos:
5:11 Que pone los humildes en altura, Y los enlutados son levantados á salud:
5:12 Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada:
5:13 Que prende á los sabios en la astucia de ellos, Y el consejo de los perversos es entontecido;
5:14 De día se topan con tinieblas, Y en mitad del día andan á tientas como de noche:
5:15 Y libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta;
5:16 Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará su boca.
5:17 He aquí, bienaventurado es el hombre á quien Dios castiga: Por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
5:18 Porque él es el que hace la llaga, y él la vendará: El hiere, y sus manos curan.
5:19 En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.
5:20 En el hambre te redimirá de la muerte, Y en la guerra de las manos de la espada.
5:21 Del azote de la lengua serás encubierto; Ni temerás de la destrucción cuando viniere.
5:22 De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las bestias del campo:
5:23 Pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, Y las bestias del campo te serán pacíficas.
5:24 Y sabrás que hay paz en tu tienda; Y visitarás tu morada, y no pecarás.
5:25 Asimismo echarás de ver que tu simiente es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra.
5:26 Y vendrás en la vejez á la sepultura, Como el montón de trigo que se coge á su tiempo.
5:27 He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.
6:1 Y RESPONDIO Job y dijo:
6:2 Oh si pesasen al justo mi queja y mi tormento, Y se alzasen igualmente en balanza!
6:3 Porque pesaría aquél más que la arena del mar: Y por tanto mis palabras son cortadas.
6:4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu; Y terrores de Dios me combaten.
6:5 ¿Acaso gime el asno montés junto á la hierba? ¿Muge el buey junto á su pasto?
6:6 ¿Comeráse lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?
6:7 Las cosas que mi alma no quería tocar, Por los dolores son mi comida.
6:8 Quién me diera que viniese mi petición, Y que Dios me otorgase lo que espero;
6:9 Y que pluguiera á Dios quebrantarme; Que soltara su mano, y me deshiciera!
6:10 Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.
6:11 ¿Cuál es mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida?
6:12 ¿Es mi fortaleza la de las piedras? ¿O mi carne, es de acero?
6:13 ¿No me ayudo cuanto puedo, Y el poder me falta del todo?
6:14 El atribulado es consolado de su compañero: Mas hase abandonado el temor del Omnipotente.
6:15 Mis hermanos han mentido cual arroyo: Pasáronse como corrientes impetuosas,
6:16 Que están escondidas por la helada, Y encubiertas con nieve;
6:17 Que al tiempo del calor son deshechas, Y en calentándose, desaparecen de su lugar;
6:18 Apártanse de la senda de su rumbo, Van menguando y piérdense.
6:19 Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes de Saba esperaron en ellas:
6:20 Mas fueron avergonzados por su esperanza; Porque vinieron hasta ellas, y halláronse confusos.
6:21 Ahora ciertamente como ellas sois vosotros: Que habéis visto el tormento, y teméis.
6:22 ¿Os he dicho yo: Traedme, Y pagad por mí de vuestra hacienda;
6:23 Y libradme de la mano del opresor, Y redimidme del poder de los violentos?
6:24 Enseñadme, y yo callaré: Y hacedme entender en qué he errado.
6:25 Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el que reprende de vosotros?
6:26 ¿Pensáis censurar palabras, Y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
6:27 También os arrojáis sobre el huérfano, Y hacéis hoyo delante de vuestro amigo.
6:28 Ahora pues, si queréis, mirad en mí, Y ved si miento delante de vosotros.
6:29 Tornad ahora, y no haya iniquidad; Volved aún á considerar mi justicia en esto.
6:30 ¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?
7:1 CIERTAMENTE tiempo limitado tiene el hombre sobre la tierra, Y sus días son como los días del jornalero.
7:2 Como el siervo anhela la sombra, Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo:
7:3 Así poseo yo meses de vanidad, Y noches de trabajo me dieron por cuenta.
7:4 Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mide mi corazón la noche, Y estoy harto de devaneos hasta el alba.
7:5 Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo; Mi piel hendida y abominable.
7:6 Y mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza.
7:7 Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien.
7:8 Los ojos de los que me ven, no me verán más: Tus ojos sobre mí, y dejaré de ser.
7:9 La nube se consume, y se va: Así el que desciende al sepulcro no subirá;
7:10 No tornará más á su casa, Ni su lugar le conocerá más.
7:11 Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y quejaréme con la amargura de mi alma.
7:12 ¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda?
7:13 Cuando digo: Mi cama me consolará, Mi cama atenuará mis quejas;
7:14 Entonces me quebrantarás con sueños, Y me turbarás con visiones.
7:15 Y así mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, Y quiso la muerte más que mis huesos.
7:16 Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
7:17 ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón,
7:18 Y lo visites todas las mañanas, Y todos los momentos lo pruebes?
7:19 ¿Hasta cuándo no me dejarás, Ni me soltarás hasta que trague mi saliva?
7:20 Pequé, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario á ti, Y que á mí mismo sea pesado?
7:21 ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no seré.
8:1 Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:
8:2 ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, Y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte?
8:3 ¿Acaso pervertirá Dios el derecho, O el Todopoderoso pervertirá la justicia?
8:4 Si tus hijos pecaron contra él, El los echó en el lugar de su pecado.
8:5 Si tú de mañana buscares á Dios, Y rogares al Todopoderoso;
8:6 Si fueres limpio y derecho, Cierto luego se despertará sobre ti, Y hará próspera la morada de tu justicia.
8:7 Y tu principio habrá sido pequeño, Y tu postrimería acrecerá en gran manera.
8:8 Porque pregunta ahora á la edad pasada, Y disponte para inquirir de sus padres de ellos;
8:9 Pues nosotros somos de ayer, y no sabemos, Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.
8:10 ¿No te enseñarán ellos, te dirán, Y de su corazón sacarán palabras?
8:11 ¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?
8:12 Aun él en su verdor no será cortado, Y antes de toda hierba se secará.
8:13 Tales son los caminos de todos los que olvidan á Dios: Y la esperanza del impío perecerá:
8:14 Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es casa de araña.
8:15 Apoyaráse él sobre su casa, mas no permanecerá en pie; Atendráse á ella, mas no se afirmará.
8:16 A manera de un árbol, está verde delante del sol, Y sus renuevos salen sobre su huerto;
8:17 Vanse entretejiendo sus raíces junto á una fuente, Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.
8:18 Si le arrancaren de su lugar, Este negarále entonces, diciendo: Nunca te vi.
8:19 Ciertamente éste será el gozo de su camino; Y de la tierra de donde se traspusiere, nacerán otros.
8:20 He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni toma la mano de los malignos.
8:21 Aun henchirá tu boca de risa, Y tus labios de júbilo.
8:22 Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; Y la habitación de los impíos perecerá.
9:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
9:2 Ciertamente yo conozco que es así: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?
9:3 Si quisiere contender con él, No le podrá responder á una cosa de mil.
9:4 El es sabio de corazón, y poderoso en fortaleza, ¿Quién se endureció contra él, y quedó en paz?
9:5 Que arranca los montes con su furor, Y no conocen quién los trastornó:
9:6 Que remueve la tierra de su lugar, Y hace temblar sus columnas:
9:7 Que manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas:
9:8 El que extiende solo los cielos, Y anda sobre las alturas de la mar:
9:9 El que hizo el Arcturo, y el Orión, y las Pléyadas, Y los lugares secretos del mediodía:
9:10 El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número.
9:11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Y pasará, y no lo entenderé.
9:12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá, Qué haces?
9:13 Dios no tornará atrás su ira, Y debajo de él se encorvan los que ayudan á los soberbios.
9:14 ¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas?
9:15 Que aunque fuese yo justo, no responderé; Antes habré de rogar á mi juez.
9:16 Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz.
9:17 Porque me ha quebrado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa.
9:18 No me ha concedido que tome mi aliento; Mas hame hartado de amarguras.
9:19 Si habláremos de su potencia, fuerte por cierto es; Si de juicio, ¿quién me emplazará?
9:20 Si yo me justificare, me condenará mi boca; Si me dijere perfecto, esto me hará inicuo.
9:21 Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida.
9:22 Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.
9:23 Si azote mata de presto, Ríese de la prueba de los inocentes.
9:24 La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está?
9:25 Mis días han sido más ligeros que un correo; Huyeron, y no vieron el bien.
9:26 Pasaron cual navíos veloces: Como el águila que se arroja á la comida.
9:27 Si digo: Olvidaré mi queja, Dejaré mi aburrimiento, y esforzaréme:
9:28 Contúrbanme todos mis trabajos; Sé que no me darás por libre.
9:29 Yo soy impío, ¿Para qué trabajaré en vano?
9:30 Aunque me lave con aguas de nieve, Y limpie mis manos con la misma limpieza,
9:31 Aun me hundirás en el hoyo, Y mis propios vestidos me abominarán.
9:32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente á juicio.
9:33 No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros ambos.
9:34 Quite de sobre mí su vara, Y su terror no me espante.
9:35 Entonces hablaré, y no le temeré: Porque así no estoy en mí mismo.
10:1 ESTA mi alma aburrida de mi vida: Daré yo suelta á mi queja sobre mí, Hablaré con amargura de mi alma.
10:2 Diré á Dios: no me condenes; Hazme entender por qué pleiteas conmigo.
10:3 ¿Parécete bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos, Y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?
10:4 ¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?
10:5 ¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos,
10:6 Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado,
10:7 Sobre saber tú que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano libre?
10:8 Tus manos me formaron y me compusieron Todo en contorno: ¿y así me deshaces?
10:9 Acuérdate ahora que como á lodo me diste forma: ¿Y en polvo me has de tornar?
10:10 ¿No me fundiste como leche, Y como un queso me cuajaste?
10:11 Vestísteme de piel y carne, Y cubrísteme de huesos y nervios.
10:12 Vida y misericordia me concediste, Y tu visitación guardó mi espíritu.
10:13 Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que esto está cerca de ti.
10:14 Si pequé, tú me has observado, Y no me limpias de mi iniquidad.
10:15 Si fuere malo, ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando harto de deshonra, Y de verme afligido.
10:16 Y subirá de punto, pues me cazas como á león, Y tornas á hacer en mí maravillas.
10:17 Renuevas contra mí tus plagas, Y aumentas conmigo tu furor, Remudándose sobre mí ejércitos.
10:18 ¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría yo espirado, y no me vieran ojos.
10:19 Fuera, como si nunca hubiera sido, Llevado desde el vientre á la sepultura.
10:20 ¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me conforte un poco.
10:21 Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;
10:22 Tierra de oscuridad, lóbrega Como sombra de muerte, sin orden, Y que aparece como la oscuridad misma.
11:1 Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo:
11:2 ¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre parlero será justificado?
11:3 ¿Harán tus falacias callar á los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?
11:4 Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos.
11:5 Mas oh quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo,
11:6 Y que te declarara los arcanos de la sabiduría, Que son de doble valor que la hacienda! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos que tu iniquidad merece.
11:7 ¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú á la perfección del Todopoderoso?
11:8 Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?
11:9 Su dimensión es más larga que la tierra, Y más ancha que la mar.
11:10 Si cortare, ó encerrare, O juntare, ¿quién podrá contrarrestarle?
11:11 Porque él conoce á los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
11:12 El hombre vano se hará entendido, Aunque nazca como el pollino del asno montés.
11:13 Si tú apercibieres tu corazón, Y extendieres á él tus manos;
11:14 Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;
11:15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás:
11:16 Y olvidarás tu trabajo, O te acordarás de él como de aguas que pasaron:
11:17 Y en mitad de la siesta se levantará bonanza; Resplandecerás, y serás como la mañana:
11:18 Y confiarás, que habrá esperanza; Y cavarás, y dormirás seguro:
11:19 Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán.
11:20 Mas los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza será agonía del alma.
12:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
12:2 Ciertamente que vosotros sois el pueblo; Y con vosotros morirá la sabiduría.
12:3 También tengo yo seso como vosotros; No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
12:4 Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.
12:5 Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.
12:6 Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan á Dios viven seguros; En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen.
12:7 Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;
12:8 O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también.
12:9 ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo?
12:10 En su mano está el alma de todo viviente, Y el espíritu de toda carne humana.
12:11 Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas.
12:12 En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia.
12:13 Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; Suyo es el consejo y la inteligencia.
12:14 He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
12:15 He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán; El las enviará, y destruirán la tierra.
12:16 Con él está la fortaleza y la existencia; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
12:17 El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces.
12:18 El suelta la atadura de los tiranos, Y ata el cinto á sus lomos.
12:19 El lleva despojados á los príncipes, Y trastorna á los poderosos.
12:20 El impide el labio á los que dicen verdad, Y quita á los ancianos el consejo.
12:21 El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y enflaquece la fuerza de los esforzados.
12:22 El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca á luz la sombra de muerte.
12:23 El multiplica las gentes, y él las destruye: El esparce las gentes, y las torna á recoger.
12:24 El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, Y háceles que se pierdan vagueando sin camino:
12:25 Van á tientas como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos.
13:1 HE AQUI que todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído y entendido de por sí mis oídos.
13:2 Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No soy menos que vosotros.
13:3 Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios.
13:4 Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos.
13:5 Ojalá callarais del todo, Porque os fuera sabiduría.
13:6 Oid ahora mi razonamiento, Y estad atentos á los argumentos de mis labios.
13:7 ¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?
13:8 ¿Habéis de hacer acepción de su persona? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?
13:9 ¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?
13:10 El os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas.
13:11 De cierto su alteza os había de espantar, Y su pavor había de caer sobre vosotros.
13:12 Vuestras memorias serán comparadas á la ceniza, Y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.
13:13 Escuchadme, y hablaré yo, Y véngame después lo que viniere.
13:14 ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y pondré mi alma en mi mano?
13:15 He aquí, aunque me matare, en él esperaré; Empero defenderé delante de él mis caminos.
13:16 Y él mismo me será salud, Porque no entrará en su presencia el hipócrita.
13:17 Oid con atención mi razonamiento, Y mi denunciación con vuestros oídos.
13:18 He aquí ahora, si yo me apercibiere á juicio, Sé que seré justificado.
13:19 ¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería.
13:20 A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro:
13:21 Aparta de mí tu mano, Y no me asombre tu terror.
13:22 Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú.
13:23 ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado.
13:24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo?
13:25 ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y á una arista seca has de perseguir?
13:26 ¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi mocedad?
13:27 Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, Imprimiéndolo á las raíces de mis pies.
13:28 Y el cuerpo mío se va gastando como de carcoma, Como vestido que se come de polilla.
14:1 EL HOMBRE nacido de mujer, Corto de días, y harto de sinsabores:
14:2 Que sale como una flor y es cortado; Y huye como la sombra, y no permanece.
14:3 ¿Y sobre éste abres tus ojos, Y me traes á juicio contigo?
14:4 ¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie.
14:5 Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste términos, de los cuales no pasará.
14:6 Si tú lo dejares, él dejará de ser: Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.
14:7 Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, Y sus renuevos no faltarán.
14:8 Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo,
14:9 Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta.
14:10 Mas el hombre morirá, y será cortado; Y perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
14:11 Las aguas de la mar se fueron, Y agotóse el río, secóse.
14:12 Así el hombre yace, y no se tornará á levantar: Hasta que no haya cielo no despertarán, Ni se levantarán de su sueño.
14:13 Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, Que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
14:14 Si el hombre muriere, ¿volverá á vivir? Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi mutación.
14:15 Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé.
14:16 Pues ahora me cuentas los pasos, Y no das tregua á mi pecado.
14:17 Tienes sellada en saco mi prevaricación, Y coacervas mi iniquidad.
14:18 Y ciertamente el monte que cae se deshace, Y las peñas son traspasadas de su lugar;
14:19 Las piedras son desgastadas con el agua impetuosa, Que se lleva el polvo de la tierra: de tal manera haces tú perecer la esperanza del hombre.
14:20 Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; Demudarás su rostro, y enviaráslo.
14:21 Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; O serán humillados, y no entenderá de ellos.
14:22 Mas su carne sobre él se dolerá, Y entristecerse ha en él su alma.
15:1 Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo:
15:2 ¿Si proferirá el sabio vana sabiduría, Y henchirá su vientre de viento solano?
15:3 ¿Disputará con palabras inútiles, Y con razones sin provecho?
15:4 Tú también disipas el temor, Y menoscabas la oración delante de Dios.
15:5 Porque tu boca declaró tu iniquidad, Pues has escogido el hablar de los astutos.
15:6 Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti.
15:7 ¿Naciste tú primero que Adam? ¿O fuiste formado antes que los collados?
15:8 ¿Oíste tú el secreto de Dios, Que detienes en ti solo la sabiduría?
15:9 ¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros?
15:10 Entre nosotros también hay cano, también hay viejo Mucho mayor en días que tu padre.
15:11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?
15:12 ¿Por qué te enajena tu corazón, Y por qué guiñan tus ojos,
15:13 Pues haces frente á Dios con tu espíritu, Y sacas tales palabras de tu boca?
15:14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, Y que se justifique el nacido de mujer?
15:15 He aquí que en sus santos no confía, Y ni los cielos son limpios delante de sus ojos:
15:16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, Que bebe la iniquidad como agua?
15:17 Escúchame; yo te mostraré Y te contaré lo que he visto:
15:18 (Lo que los sabios nos contaron De sus padres, y no lo encubrieron;
15:19 A los cuales solos fué dada la tierra, Y no pasó extraño por medio de ellos:)
15:20 Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, Y el número de años es escondido al violento.
15:21 Estruendos espantosos hay en sus oídos; En la paz le vendrá quien lo asuele.
15:22 El no creerá que ha de volver de las tinieblas, Y está mirando al cuchillo.
15:23 Desasosegado á comer siempre, Sabe que le está aparejado día de tinieblas.
15:24 Tribulación y angustia le asombrarán, Y esforzaránse contra él como un rey apercibido para la batalla.
15:25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios, Y se esforzó contra el Todopoderoso,
15:26 El le acometerá en la cerviz, En lo grueso de las hombreras de sus escudos:
15:27 Porque cubrió su rostro con su gordura, E hizo pliegues sobre los ijares;
15:28 Y habitó las ciudades asoladas, Las casas inhabitadas, Que estaban puestas en montones.
15:29 No enriquecerá, ni será firme su potencia, Ni extenderá por la tierra su hermosura.
15:30 No se escapará de las tinieblas: La llama secará sus ramos, Y con el aliento de su boca perecerá.
15:31 No confíe el iluso en la vanidad; Porque ella será su recompensa.
15:32 El será cortado antes de su tiempo, Y sus renuevos no reverdecerán.
15:33 El perderá su agraz como la vid, Y derramará su flor como la oliva.
15:34 Porque la sociedad de los hipócritas será asolada, Y fuego consumirá las tiendas de soborno.
15:35 Concibieron dolor, y parieron iniquidad; Y las entradas de ellos meditan engaño.
16:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
16:2 Muchas veces he oído cosas como estas: Consoladores molestos sois todos vosotros.
16:3 ¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué te animará á responder?
16:4 También yo hablaría como vosotros. Ojalá vuestra alma estuviera en lugar de la mía, Que yo os tendría compañía en las palabras, Y sobre vosotros movería mi cabeza.
16:5 Mas yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.
16:6 Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.
16:7 Empero ahora me ha fatigado: Has tú asolado toda mi compañía.
16:8 Tú me has arrugado; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
16:9 Su furor me destrizó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.
16:10 Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta; Contra mí se juntaron todos.
16:11 Hame entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo estremecer.
16:12 Próspero estaba, y desmenuzóme: Y arrebatóme por la cerviz, y despedazóme, Y púsome por blanco suyo.
16:13 Cercáronme sus flecheros, Partió mis riñones, y no perdonó: Mi hiel derramó por tierra.
16:14 Quebrantóme de quebranto sobre quebranto; Corrió contra mí como un gigante.
16:15 Yo cosí saco sobre mi piel, Y cargué mi cabeza de polvo.
16:16 Mi rostro está enlodado con lloro, Y mis párpados entenebrecidos:
16:17 A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.
16:18 Oh tierra! no cubras mi sangre, Y no haya lugar á mi clamor.
16:19 Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.
16:20 Disputadores son mis amigos: Mas á Dios destilarán mis ojos.
16:21 Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como con su prójimo!
16:22 Mas los años contados vendrán, Y yo iré el camino por donde no volveré.
17:1 MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días, Y me está aparejado el sepulcro.
17:2 No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos.
17:3 Pon ahora, dame fianza para litigar contigo: ¿Quién tocará ahora mi mano?
17:4 Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia: Por tanto, no los ensalzarás.
17:5 El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan.
17:6 El me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril.
17:7 Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra.
17:8 Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita.
17:9 No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
17:10 Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio.
17:11 Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.
17:12 Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante de las tinieblas.
17:13 Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas.
17:14 A la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú; A los gusanos: Mi madre y mi hermana.
17:15 ¿Dónde pues estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?
17:16 A los rincones de la huesa descenderán, Y juntamente descansarán en el polvo.
18:1 Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:
18:2 ¿Cuándo pondréis fin á las palabras? Entended, y después hablemos.
18:3 ¿Por qué somos tenidos por bestias, Y en vuestros ojos somos viles?
18:4 Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿Será dejada la tierra por tu causa, Y serán traspasadas de su lugar las peñas?
18:5 Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella de su fuego.
18:6 La luz se oscurecerá en su tienda, Y apagaráse sobre él su lámpara.
18:7 Los pasos de su pujanza serán acortados, Y precipitarálo su mismo consejo.
18:8 Porque red será echada en sus pies, Y sobre red andará.
18:9 Lazo prenderá su calcañar: Afirmaráse la trampa contra él.
18:10 Su cuerda está escondida en la tierra, Y su torzuelo sobre la senda.
18:11 De todas partes lo asombrarán temores, Y haránle huir desconcertado.
18:12 Su fuerza será hambrienta, Y á su lado estará aparejado quebrantamiento.
18:13 El primogénito de la muerte comerá los ramos de su piel, Y devorará sus miembros.
18:14 Su confianza será arrancada de su tienda, Y harále esto llevar al rey de los espantos.
18:15 En su tienda morará como si no fuese suya: Piedra azufre será esparcida sobre su morada.
18:16 Abajo se secarán sus raíces, Y arriba serán cortadas sus ramas.
18:17 Su memoria perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles.
18:18 De la luz será lanzado á las tinieblas, Y echado fuera del mundo.
18:19 No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas.
18:20 Sobre su día se espantarán los por venir, Como ocupó el pavor á los que fueron antes.
18:21 Ciertamente tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció á Dios.
19:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
19:2 ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, Y me moleréis con palabras?
19:3 Ya me habéis vituperado diez veces: ¿No os avergonzáis de descomediros delante de mí?
19:4 Sea así que realmente haya yo errado, Conmigo se quedará mi yerro.
19:5 Mas si vosotros os engrandeciereis contra mí, Y adujereis contra mí mi oprobio,
19:6 Sabed ahora que Dios me ha trastornado, Y traído en derredor su red sobre mí.
19:7 He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído: Daré voces, y no habrá juicio.
19:8 Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; Y sobre mis veredas puso tinieblas.
19:9 Hame despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza.
19:10 Arruinóme por todos lados, y perezco; Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.
19:11 E hizo inflamar contra mí su furor, Y contóme para sí entre sus enemigos.
19:12 Vinieron sus ejércitos á una, y trillaron sobre mí su camino, Y asentaron campo en derredor de mi tienda.
19:13 Hizo alejar de mí mis hermanos, Y positivamente se extrañaron de mí mis conocidos.
19:14 Mis parientes se detuvieron, Y mis conocidos se olvidaron de mí.
19:15 Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; Forastero fuí yo en sus ojos.
19:16 Llamé á mi siervo, y no respondió; De mi propia boca le suplicaba.
19:17 Mi aliento vino á ser extraño á mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.
19:18 Aun los muchachos me menospreciaron: En levantándome, hablaban contra mí.
19:19 Todos mis confidentes me aborrecieron; Y los que yo amaba, se tornaron contra mí.
19:20 Mi cuero y mi carne se pegaron á mis huesos; Y he escapado con la piel de mis dientes.
19:21 Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; Porque la mano de Dios me ha tocado.
19:22 ¿Por qué me perseguís como Dios, Y no os hartáis de mis carnes?
19:23 Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! Quién diese que se escribieran en un libro!
19:24 Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen en piedra esculpidas para siempre!
19:25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo:
19:26 Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios;
19:27 Al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí.
19:28 Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del negocio en mí se halla.
19:29 Temed vosotros delante de la espada; Porque sobreviene el furor de la espada á causa de las injusticias, Para que sepáis que hay un juicio.
20:1 Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo:
20:2 Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro.
20:3 La reprensión de mi censura he oído, Y háceme responder el espíritu de mi inteligencia.
20:4 ¿No sabes esto que fué siempre, Desde el tiempo que fué puesto el hombre sobre la tierra,
20:5 Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?
20:6 Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes,
20:7 Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?
20:8 Como sueño volará, y no será hallado: Y disiparáse como visión nocturna.
20:9 El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.
20:10 Sus hijos pobres andarán rogando; Y sus manos tornarán lo que él robó.
20:11 Sus huesos están llenos de sus mocedades, Y con él serán sepultados en el polvo.
20:12 Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua;
20:13 Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar;
20:14 Su comida se mudará en sus entrañas, Hiel de áspides será dentro de él.
20:15 Devoró riquezas, mas vomitarálas; De su vientre las sacará Dios.
20:16 Veneno de áspides chupará; Matarálo lengua de víbora.
20:17 No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de manteca.
20:18 Restituirá el trabajo conforme á la hacienda que tomó; Y no tragará, ni gozará.
20:19 Por cuanto quebrantó y desamparó á los pobres, Robó casas, y no las edificó;
20:20 Por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba.
20:21 No quedó nada que no comiese: Por tanto su bien no será durable.
20:22 Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia: Las manos todas de los malvados vendrán sobre él.
20:23 Cuando se pusiere á henchir su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, Y harála llover sobre él y sobre su comida.
20:24 Huirá de las armas de hierro, Y el arco de acero le atravesará.
20:25 Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, Y relumbrante pasará por su hiel: Sobre él vendrán terrores.
20:26 Todas tinieblas están guardadas para sus secretos: Fuego no soplado lo devorará; Su sucesor será quebrantado en su tienda.
20:27 Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.
20:28 Los renuevos de su casa serán trasportados; Serán derramados en el día de su furor.
20:29 Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
21:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
21:2 Oid atentamente mi palabra, Y sea esto vuestros consuelos.
21:3 Soportadme, y yo hablaré; Y después que hubiere hablado, escarneced.
21:4 ¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
21:5 Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca.
21:6 Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne.
21:7 ¿Por qué viven los impíos, Y se envejecen, y aun crecen en riquezas?
21:8 Su simiente con ellos, compuesta delante de ellos; Y sus renuevos delante de sus ojos.
21:9 Sus casas seguras de temor, Ni hay azote de Dios sobre ellos.
21:10 Sus vacas conciben, no abortan; Paren sus vacas, y no malogran su cría.
21:11 Salen sus chiquitos como manada, Y sus hijos andan saltando.
21:12 Al son de tamboril y cítara saltan, Y se huelgan al son del órgano.
21:13 Gastan sus días en bien, Y en un momento descienden á la sepultura.
21:14 Dicen pues á Dios: Apártate de nosotros, Que no queremos el conocimiento de tus caminos.
21:15 ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos á él?
21:16 He aquí que su bien no está en manos de ellos: El consejo de los impíos lejos esté de mí.
21:17 Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores!
21:18 Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino.
21:19 Dios guardará para sus hijos su violencia; Y le dará su pago, para que conozca.
21:20 Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso.
21:21 Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo cortado el número de sus meses?
21:22 ¿Enseñará alguien á Dios sabiduría, Juzgando él á los que están elevados?
21:23 Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico.
21:24 Sus colodras están llenas de leche, Y sus huesos serán regados de tuétano.
21:25 Y estotro morirá en amargura de ánimo, Y no habiendo comido jamás con gusto.
21:26 Igualmente yacerán ellos en el polvo, Y gusanos los cubrirán.
21:27 He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis.
21:28 Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
21:29 ¿No habéis preguntado á los que pasan por los caminos, Por cuyas señas no negaréis,
21:30 Que el malo es reservado para el día de la destrucción? Presentados serán en el día de las iras.
21:31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?
21:32 Porque llevado será él á los sepulcros, Y en el montón permanecerá.
21:33 Los terrones del valle le serán dulces; Y tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.
21:34 ¿Cómo pues me consoláis en vano, Viniendo á parar vuestras respuestas en falacia?
22:1 Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo:
22:2 ¿Traerá el hombre provecho á Dios, Porque el sabio sea provechoso á sí mismo?
22:3 ¿Tiene su contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?
22:4 ¿Castigaráte acaso, O vendrá contigo á juicio porque te teme?
22:5 Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin.
22:6 Porque sacaste prenda á tus hermanos sin causa, E hiciste desnudar las ropas de los desnudos.
22:7 No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento.
22:8 Empero el hombre pudiente tuvo la tierra; Y habitó en ella el distinguido.
22:9 Las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
22:10 Por tanto hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino;
22:11 O tinieblas, porque no veas; Y abundancia de agua te cubre.
22:12 ¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
22:13 ¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad?
22:14 Las nubes son su escondedero, y no ve; Y por el circuito del cielo se pasea.
22:15 ¿Quieres tú guardar la senda antigua, Que pisaron los hombres perversos?
22:16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fué como un río derramado:
22:17 Que decían á Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?
22:18 Habíales él henchido sus casas de bienes. Sea empero el consejo de ellos lejos de mí.
22:19 Verán los justos y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo:
22:20 Fué cortada nuestra sustancia, Habiendo consumido el fuego el resto de ellos.
22:21 Amístate ahora con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien.
22:22 Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.
22:23 Si te tornares al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción;
22:24 Y tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ophir;
22:25 Y el Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata á montones.
22:26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro.
22:27 Orarás á él, y él te oirá; Y tú pagarás tus votos.
22:28 Determinarás asimismo una cosa, y serte ha firme; Y sobre tus caminos resplandecerá luz.
22:29 Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá: Y Dios salvará al humilde de ojos.
22:30 El libertará la isla del inocente; Y por la limpieza de tus manos será librada.
23:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
23:2 Hoy también hablaré con amargura; Que es más grave mi llaga que mi gemido.
23:3 Quién me diera el saber dónde hallar á Dios! Yo iría hasta su silla.
23:4 Ordenaría juicio delante de él, Y henchiría mi boca de argumentos.
23:5 Yo sabría lo que él me respondería, Y entendería lo que me dijese.
23:6 ¿Pleitearía conmigo con grandeza de fuerza? No: antes él la pondría en mí.
23:7 Allí el justo razonaría con él: Y escaparía para siempre de mi juez.
23:8 He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré:
23:9 Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré.
23:10 Mas él conoció mi camino: Probaráme, y saldré como oro.
23:11 Mis pies tomaron su rastro; Guardé su camino, y no me aparté.
23:12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
23:13 Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo.
23:14 El pues acabará lo que ha determinado de mí: Y muchas cosas como estas hay en él.
23:15 Por lo cual yo me espanto en su presencia: Consideraré, y temerélo.
23:16 Dios ha enervado mi corazón, Y hame turbado el Omnipotente.
23:17 ¿Por qué no fuí yo cortado delante de las tinieblas, Y cubrió con oscuridad mi rostro?
24:1 PUESTO que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?
24:2 Traspasan los términos, Roban los ganados, y apaciéntanlos.
24:3 Llévanse el asno de los huérfanos; Prenden el buey de la viuda.
24:4 Hacen apartar del camino á los menesterosos: Y todos los pobres de la tierra se esconden.
24:5 He aquí, como asnos monteses en el desierto, Salen á su obra madrugando para robar; El desierto es mantenimiento de sus hijos.
24:6 En el campo siegan su pasto, Y los impíos vendimian la viña ajena.
24:7 Al desnudo hacen dormir sin ropa, Y que en el frío no tenga cobertura.
24:8 Con las avenidas de los montes se mojan, Y abrazan las peñas sin tener abrigo.
24:9 Quitan el pecho á los huérfanos, Y de sobre el pobre toman la prenda.
24:10 Al desnudo hacen andar sin vestido, Y á los hambrientos quitan los hacecillos.
24:11 De dentro de sus paredes exprimen el aceite, Pisan los lagares, y mueren de sed.
24:12 De la ciudad gimen los hombres, Y claman las almas de los heridos de muerte: Mas Dios no puso estorbo.
24:13 Ellos son los que, rebeldes á la luz, Nunca conocieron sus caminos, Ni estuvieron en sus veredas.
24:14 A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladrón.
24:15 El ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me verá nadie: Y esconde su rostro.
24:16 En las tinieblas minan las casas, Que de día para sí señalaron; No conocen la luz.
24:17 Porque la mañana es á todos ellos como sombra de muerte; Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.
24:18 Son instables más que la superficie de las aguas; Su porción es maldita en la tierra; No andarán por el camino de las viñas.
24:19 La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; Y el sepulcro á los pecadores.
24:20 Olvidaráse de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; Nunca más habrá de ellos memoria, Y como un árbol serán los impíos quebrantados.
24:21 A la mujer estéril que no paría, afligió; Y á la viuda nunca hizo bien.
24:22 Mas á los fuertes adelantó con su poder: Levantóse, y no se da por segura la vida.
24:23 Le dieron á crédito, y se afirmó: Sus ojos están sobre los caminos de ellos.
24:24 Fueron ensalzados por un poco, mas desaparecen, Y son abatidos como cada cual: serán encerrados, Y cortados como cabezas de espigas.
24:25 Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, O reducirá á nada mis palabras?
25:1 Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:
25:2 El señorío y el temor están con él: El hace paz en sus alturas.
25:3 ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Y sobre quién no está su luz?
25:4 ¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
25:5 He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
25:6 ¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano?
26:1 Y RESPONDIO Job, y dijo:
26:2 ¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has amparado al brazo sin fortaleza?
26:3 ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, Y mostraste bien sabiduría?
26:4 ¿A quién has anunciado palabras, Y cuyo es el espíritu que de ti sale?
26:5 Cosas inanimadas son formadas Debajo de las aguas, y los habitantes de ellas.
26:6 El sepulcro es descubierto delante de él, Y el infierno no tiene cobertura.
26:7 Extiende el alquilón sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada.
26:8 Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas.
26:9 El restriñe la faz de su trono, Y sobre él extiende su nube.
26:10 El cercó con término la superficie de las aguas, Hasta el fin de la luz y las tinieblas.
26:11 Las columnas del cielo tiemblan, Y se espantan de su reprensión.
26:12 El rompe la mar con su poder, Y con su entendimiento hiere la hinchazón suya.
26:13 Su espíritu adornó los cielos; Su mano crió la serpiente tortuosa.
26:14 He aquí, estas son partes de sus caminos: Mas cuán poco hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo detendrá?
27:1 Y REASUMIO Job su discurso, y dijo:
27:2 Vive Dios, el cual ha apartado mi causa, Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,
27:3 Que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, Y hubiere hálito de Dios en mis narices,
27:4 Mis labios no hablarán iniquidad, Ni mi lengua pronunciará engaño.
27:5 Nunca tal acontezca que yo os justifique: Hasta morir no quitaré de mí mi integridad.
27:6 Mi justicia tengo asida, y no la cederé: No me reprochará mi corazón en el tiempo de mi vida.
27:7 Sea como el impío mi enemigo, Y como el inicuo mi adversario.
27:8 Porque ¿cuál es la esperanza del hipócrita, por mucho que hubiere robado, Cuando Dios arrebatare su alma?
27:9 ¿Oirá Dios su clamor Cuando la tribulación sobre él viniere?
27:10 ¿Deleitaráse en el Omnipotente? ¿Invocará á Dios en todo tiempo?
27:11 Yo os enseñaré en orden á la mano de Dios: No esconderé lo que hay para con el Omnipotente.
27:12 He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué pues os desvanecéis con fantasía?
27:13 Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.
27:14 Si sus hijos fueren multiplicados, serán para el cuchillo; Y sus pequeños no se hartarán de pan;
27:15 Los que le quedaren, en muerte serán sepultados; Y no llorarán sus viudas.
27:16 Si amontonare plata como polvo, Y si preparare ropa como lodo;
27:17 Habrála él preparado, mas el justo se vestirá, Y el inocente repartirá la plata.
27:18 Edificó su casa como la polilla, Y cual cabaña que el guarda hizo.
27:19 El rico dormirá, mas no será recogido: Abrirá sus ojos, mas él no será.
27:20 Asirán de él terrores como aguas: Torbellino lo arrebatará de noche.
27:21 Lo antecogerá el solano, y partirá; Y tempestad lo arrebatará del lugar suyo.
27:22 Dios pues descargará sobre él, y no perdonará: Hará él por huir de su mano.
27:23 Batirán sus manos sobre él, Y desde su lugar le silbarán.
28:1 CIERTAMENTE la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde se forma.
28:2 El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal.
28:3 A las tinieblas puso término, Y examina todo á la perfección, Las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.
28:4 Brota el torrente de junto al morador, Aguas que el pie había olvidado: Sécanse luego, vanse del hombre.
28:5 De la tierra nace el pan, Y debajo de ella estará como convertida en fuego.
28:6 Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus polvos de oro.
28:7 Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vió:
28:8 Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella.
28:9 En el pedernal puso su mano, Y trastornó los montes de raíz.
28:10 De los peñascos cortó ríos, Y sus ojos vieron todo lo preciado.
28:11 Detuvo los ríos en su nacimiento, E hizo salir á luz lo escondido.
28:12 Empero ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la prudencia?
28:13 No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes.
28:14 El abismo dice: No está en mí: Y la mar dijo: Ni conmigo.
28:15 No se dará por oro, Ni su precio será á peso de plata.
28:16 No puede ser apreciada con oro de Ophir, Ni con onique precioso, ni con zafiro.
28:17 El oro no se le igualará, ni el diamante; Ni se trocará por vaso de oro fino.
28:18 De coral ni de perlas no se hará mención: La sabiduría es mejor que piedras preciosas.
28:19 No se igualará con ella esmeralda de Ethiopía; No se podrá apreciar con oro fino.
28:20 ¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
28:21 Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta.
28:22 El infierno y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos.
28:23 Dios entiende el camino de ella, Y él conoce su lugar.
28:24 Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo.
28:25 Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida;
28:26 Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos:
28:27 Entonces la veía él, y la manifestaba: Preparóla y descubrióla también.
28:28 Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal la inteligencia.
29:1 Y VOLVIO Job á tomar su propósito, y dijo:
29:2 Quién me tornase como en los meses pasados, Como en los días que Dios me guardaba,
29:3 Cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, A la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;
29:4 Como fué en los días de mi mocedad, Cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda;
29:5 Cuando aún el Omnipotente estaba conmigo, Y mis hijos alrededor de mi;
29:6 Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!
29:7 Cuando salía á la puerta á juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento,
29:8 Los mozos me veían, y se escondían; Y los viejos se levantaban, y estaban en pie;
29:9 Los príncipes detenían sus palabras, Ponían la mano sobre su boca;
29:10 La voz de los principales se ocultaba, Y su lengua se pegaba á su paladar:
29:11 Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían, me daban testimonio:
29:12 Porque libraba al pobre que gritaba, Y al huérfano que carecía de ayudador.
29:13 La bendición del que se iba á perder venía sobre mí; Y al corazón de la viuda daba alegría.
29:14 Vestíame de justicia, y ella me vestía como un manto; Y mi toca era juicio.
29:15 Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.
29:16 A los menesterosos era padre; Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia:
29:17 Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.
29:18 Y decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré días.
29:19 Mi raíz estaba abierta junto á las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío.
29:20 Mi honra se renovaba en mí, Y mi arco se corroboraba en mi mano.
29:21 Oíanme, y esperaban; Y callaban á mi consejo.
29:22 Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.
29:23 Y esperábanme como á la lluvia, Y abrían su boca como á la lluvia tardía.
29:24 Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro.
29:25 Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.
30:1 MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.
30:2 Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?
30:3 Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; Huían á la soledad, á lugar tenebroso, asolado y desierto.
30:4 Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse.
30:5 Eran echados de entre las gentes, Y todos les daban grita como al ladrón.
30:6 Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas.
30:7 Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de las espinas.
30:8 Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la misma tierra.
30:9 Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán.
30:10 Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
30:11 Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
30:12 A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina.
30:13 Mi senda desbarataron, Aprovecháronse de mi quebrantamiento, Contra los cuales no hubo ayudador.
30:14 Vinieron como por portillo ancho, Revolviéronse á mi calamidad.
30:15 Hanse revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi alma, Y mi salud pasó como nube
30:16 Y ahora mi alma está derramada en mí; Días de aflicción me han aprehendido.
30:17 De noche taladra sobre mí mis huesos, Y mis pulsos no reposan.
30:18 Con la grande copia de materia mi vestidura está demudada; Cíñeme como el cuello de mi túnica.
30:19 Derribóme en el lodo, Y soy semejante al polvo y á la ceniza.
30:20 Clamo á ti, y no me oyes; Preséntome, y no me atiendes.
30:21 Haste tornado cruel para mí: Con la fortaleza de tu mano me amenazas.
30:22 Levantásteme, é hicísteme cabalgar sobre el viento, Y disolviste mi sustancia.
30:23 Porque yo conozco que me reduces á la muerte; Y á la casa determinada á todo viviente.
30:24 Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?
30:25 ¿No lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
30:26 Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino.
30:27 Mis entrañas hierven, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido.
30:28 Denegrido ando, y no por el sol: Levantádome he en la congregación, y clamado.
30:29 He venido á ser hermano de los dragones, Y compañero de los buhos.
30:30 Mi piel está denegrida sobre mí, Y mis huesos se secaron con ardentía.
30:31 Y hase tornado mi arpa en luto, Y mi órgano en voz de lamentadores.
31:1 HICE pacto con mis ojos: ¿Cómo pues había yo de pensar en virgen?
31:2 Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, Y qué heredad el Omnipotente de las alturas?
31:3 ¿No hay quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que obran iniquidad?
31:4 ¿No ve él mis caminos, Y cuenta todos mis pasos?
31:5 Si anduve con mentira, Y si mi pie se apresuró á engaño,
31:6 Péseme Dios en balanzas de justicia, Y conocerá mi integridad.
31:7 Si mis pasos se apartaron del camino, Y si mi corazón se fué tras mis ojos, Y si algo se apegó á mis manos,
31:8 Siembre yo, y otro coma, Y mis verduras sean arrancadas.
31:9 Si fué mi corazón engañado acerca de mujer, Y si estuve acechando á la puerta de mi prójimo:
31:10 Muela para otro mi mujer, Y sobre ella otros se encorven.
31:11 Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces.
31:12 Porque es fuego que devoraría hasta el sepulcro, Y desarraigaría toda mi hacienda.
31:13 Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos pleitearan conmigo,
31:14 ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?
31:15 El que en el vientre me hizo á mí, ¿no lo hizo á él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?
31:16 Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda;
31:17 Y si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huerfano;
31:18 (Porque desde mi mocedad creció conmigo como con padre, Y desde el vientre de mi madre fuí guía de la viuda;)
31:19 Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin cobertura;
31:20 Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron;
31:21 Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudarían en la puerta;
31:22 Mi espalda se caiga de mi hombro, Y mi brazo sea quebrado de mi canilla.
31:23 Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya alteza yo no tendría poder.
31:24 Si puse en oro mi esperanza, Y dije al oro: Mi confianza eres tú;
31:25 Si me alegré de que mi hacienda se multiplicase, Y de que mi mano hallase mucho;
31:26 Si he mirado al sol cuando resplandecía, Y á la luna cuando iba hermosa,
31:27 Y mi corazón se engañó en secreto, Y mi boca besó mi mano:
31:28 Esto también fuera maldad juzgada; Porque habría negado al Dios soberano.
31:29 Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal;
31:30 (Que ni aun entregué al pecado mi paladar, Pidiendo maldición para su alma;)
31:31 Cuando mis domésticos decían: Quién nos diese de su carne! nunca nos hartaríamos.
31:32 El extranjero no tenía fuera la noche; Mis puertas abría al caminante.
31:33 Si encubrí, como los hombres mis prevaricaciones, Escondiendo en mi seno mi iniquidad;
31:34 Porque quebrantaba á la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta:
31:35 Quién me diera quien me oyese! He aquí mi impresión es que el Omnipotente testificaría por mí, Aunque mi adversario me hiciera el proceso.
31:36 Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.
31:37 Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él.
31:38 Si mi tierra clama contra mí, Y lloran todos sus surcos;
31:39 Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños;
31:40 En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinas en lugar de cebada.
32:1 Y CESARON estos tres varones de responder á Job, por cuanto él era justo en sus ojos.
32:2 Entonces Eliú hijo de Barachêl, Bucita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job: enojóse con furor, por cuanto justificaba su vida más que á Dios.
32:3 Enojóse asimismo con furor contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado á Job.
32:4 Y Eliú había esperado á Job en la disputa, porque eran más viejos de días que él.
32:5 Empero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquelllos tres varones, su furor se encendió.
32:6 Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; He tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión.
32:7 Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.
32:8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, E inspiración del Omnipotente los hace que entiendan.
32:9 No los grandes son los sabios, Ni los viejos entienden el derecho.
32:10 Por tanto yo dije: Escuchadme; Declararé yo también mi sabiduría.
32:11 He aquí yo he esperado á vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras.
32:12 Os he pues prestado atención, Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya á Job, Y responda á sus razones.
32:13 Porque no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría: Lanzólo Dios, no el hombre.
32:14 Ahora bien, Job no enderezó á mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones.
32:15 Espantáronse, no respondieron más; Fuéronseles los razonamientos.
32:16 Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.
32:17 Por eso yo también responderé mi parte, También yo declararé mi juicio.
32:18 Porque lleno estoy de palabras, Y el espíritu de mi vientre me constriñe.
32:19 De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos.
32:20 Hablaré pues y respiraré; Abriré mis labios, y responderé.
32:21 No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con hombre de lisonjeros títulos.
32:22 Porque no sé hablar lisonjas: De otra manera en breve mi Hacedor me consuma.
33:1 POR tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras.
33:2 He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta.
33:3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría.
33:4 El espíritu de Dios me hizo, Y la inspiración del Omnipotente me dió vida.
33:5 Si pudieres, respóndeme: Dispón tus palabras, está delante de mí.
33:6 Heme aquí á mí en lugar de Dios, conforme á tu dicho: De lodo soy yo también formado.
33:7 He aquí que mi terror no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti.
33:8 De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:
33:9 Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí.
33:10 He aquí que él buscó achaques contra mí, Y me tiene por su enemigo;
33:11 Puso mis pies en el cepo, Y guardó todas mis sendas.
33:12 He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
33:13 ¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.
33:14 Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende.
33:15 Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;
33:16 Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo;
33:17 Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.
33:18 Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo.
33:19 También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos,
33:20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.
33:21 Su carne desfallece sin verse, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.
33:22 Y su alma se acerca al sepulcro, Y su vida á los que causan la muerte.
33:23 Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;
33:24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención:
33:25 Enterneceráse su carne más que de niño, Volverá á los días de su mocedad.
33:26 Orará á Dios, y le amará, Y verá su faz con júbilo: Y él restituirá al hombre su justicia.
33:27 El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado;
33:28 Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.
33:29 He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre;
33:30 Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.
33:31 Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré.
33:32 Que si tuvieres razones, respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar.
33:33 Y si no, óyeme tú á mí; Calla, y enseñarte he sabiduría.
34:1 ADEMAS respondió Eliú, y dijo:
34:2 Oid, sabios, mis palabras; Y vosotros, doctos, estadme atentos.
34:3 Porque el oído prueba las palabras, Como el paladar gusta para comer.
34:4 Escojamos para nosotros el juicio, Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno;
34:5 Porque Job ha dicho: Yo soy justo, Y Dios me ha quitado mi derecho.
34:6 ¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.
34:7 ¿Qué hombre hay como Job, Que bebe el escarnio como agua?
34:8 Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos.
34:9 Porque ha dicho: De nada servirá al hombre El conformar su voluntad con Dios.
34:10 Por tanto, varones de seso, oidme; Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad.
34:11 Porque él pagará al hombre según su obra, Y él le hará hallar conforme á su camino.
34:12 Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, Y el Omnipotente no pervertirá el derecho.
34:13 ¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?
34:14 Si él pusiese sobre el hombre su corazón, Y recogiese así su espíritu y su aliento,
34:15 Toda carne perecería juntamente, Y el hombre se tornaría en polvo.
34:16 Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras.
34:17 ¿Enseñorearáse el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo?
34:18 ¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos?
34:19 ¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.
34:20 En un momento morirán, y á media noche Se alborotarán los pueblos, y pasarán, Y sin mano será quitado el poderoso.
34:21 Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, Y ve todos sus pasos.
34:22 No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad.
34:23 No carga pues él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios á juicio.
34:24 El quebrantará á los fuertes sin pesquisa, Y hará estar otros en su lugar.
34:25 Por tanto él hará notorias las obras de ellos, Cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados.
34:26 Como á malos los herirá En lugar donde sean vistos:
34:27 Por cuanto así se apartaron de él, Y no consideraron todos sus caminos;
34:28 Haciendo venir delante de él el clamor del pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados.
34:29 Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;
34:30 Haciendo que no reine el hombre hipócrita Para vejaciones del pueblo.
34:31 De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé:
34:32 Enséñame tú lo que yo no veo: Que si hice mal, no lo haré más.
34:33 ¿Ha de ser eso según tu mente? El te retribuirá, ora rehuses, Ora aceptes, y no yo: Di si no, lo que tú sabes.
34:34 Los hombres de seso dirán conmigo, Y el hombre sabio me oirá:
34:35 Que Job no habla con sabiduría, Y que sus palabras no son con entendimiento.
34:36 Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas por los hombres inicuos.
34:37 Porque á su pecado añadió impiedad: Bate las manos entre nosotros, Y contra Dios multiplica sus palabras.
35:1 Y PROCEDIENDO Eliú en su razonamiento, dijo:
35:2 ¿Piensas ser conforme á derecho Esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?
35:3 Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacarás tú de ello? ¿O qué provecho tendré de mi pecado?
35:4 Yo te responderé razones, Y á tus compañeros contigo.
35:5 Mira á los cielos, y ve, Y considera que las nubes son más altas que tú.
35:6 Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?
35:7 Si fueres justo, ¿qué le darás á el? ¿O qué recibirá de tu mano?
35:8 Al hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo del hombre aprovechará tu justicia.
35:9 A causa de la multitud de las violencias clamarán, Y se lamentarán por el poderío de los grandes.
35:10 Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, Que da canciones en la noche,
35:11 Que nos enseña más que á las bestias de la tierra, Y nos hace sabios más que las aves del cielo?
35:12 Allí clamarán, y él no oirá, Por la soberbia de los malos.
35:13 Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente.
35:14 Aunque más digas, No lo mirará; Haz juicio delante de él, y en él espera.
35:15 Mas ahora, porque en su ira no visita, Ni conoce con rigor,
35:16 (H35-15) Por eso Job abrió su boca vanamente, Y multiplica palabras sin sabiduría.
36:1 Y AÑADIO Eliú, y dijo:
36:2 Espérame un poco, y enseñarte he; Porque todavía tengo razones en orden á Dios.
36:3 Tomaré mi noticia de lejos, Y atribuiré justicia á mi Hacedor.
36:4 Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.
36:5 He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría.
36:6 No otorgará vida al impío, Y á los afligidos dará su derecho.
36:7 No quitará sus ojos del justo; Antes bien con los reyes los pondrá en solio para siempre, Y serán ensalzados.
36:8 Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,
36:9 El les dará á conocer la obra de ellos, Y que prevalecieron sus rebeliones.
36:10 Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y díce les que se conviertan de la iniquidad.
36:11 Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bien, y sus años en deleites.
36:12 Mas si no oyeren, serán pasados á cuchillo, Y perecerán sin sabiduría.
36:13 Empero los hipócritas de corazón lo irritarán más, Y no clamarán cuando él los atare.
36:14 Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas.
36:15 Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído.
36:16 Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura.
36:17 Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia.
36:18 Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.
36:19 ¿Hará él estima de tus riquezas, ni del oro, Ni de todas las fuerzas del poder?
36:20 No anheles la noche, En que desaparecen los pueblos de su lugar.
36:21 Guárdate, no tornes á la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.
36:22 He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿Qué enseñador semejante á él?
36:23 ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho?
36:24 Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres.
36:25 Los hombres todos la ven; Mírala el hombre de lejos.
36:26 He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; Ni se puede rastrear el número de sus años.
36:27 El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor;
36:28 Las cuales destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres.
36:29 ¿Quién podrá tampoco comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su pabellón?
36:30 He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las raíces de la mar.
36:31 Bien que por esos medios castiga á los pueblos, A la multitud da comida.
36:32 Con las nubes encubre la luz, Y mándale no brillar, interponiendo aquéllas.
36:33 Tocante á ella anunciará el trueno, su compañero, Que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.
37:1 A ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar.
37:2 Oid atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca.
37:3 Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.
37:4 Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.
37:5 Tronará Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
37:6 Porque á la nieve dice: Desciende á la tierra; También á la llovizna, Y á los aguaceros de su fortaleza.
37:7 Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra.
37:8 La bestia se entrará en su escondrijo, Y estaráse en sus moradas.
37:9 Del mediodía viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte.
37:10 Por el soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas son constreñidas.
37:11 Regando también llega á disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla.
37:12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la haz del mundo, En la tierra, lo que él les mandara.
37:13 Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer.
37:14 Escucha esto, Job; Repósate, y considera las maravillas de Dios.
37:15 ¿Supiste tú cuándo Dios las ponía en concierto, Y hacía levantar la luz de su nube?
37:16 ¿Has tú conocido las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría?
37:17 ¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra?
37:18 ¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido?
37:19 Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas.
37:20 ¿Será preciso contarle cuando yo hablaré? Por más que el hombre razone, quedará como abismado.
37:21 He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,
37:22 Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.
37:23 El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.
37:24 Temerlo han por tanto los hombres: El no mira á los sabios de corazón.
38:1 Y RESPONDIO Jehová á Job desde un torbellino, y dijo:
38:2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?
38:3 Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y hazme saber tú.
38:4 ¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia.
38:5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?
38:6 ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,
38:7 Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?
38:8 ¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;
38:9 Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad.
38:10 Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo,
38:11 Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas?
38:12 ¿Has tu mandado á la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,
38:13 Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?
38:14 Trasmúdase como lodo bajo de sello, Y viene á estar como con vestidura:
38:15 Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.
38:16 ¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?
38:17 ¿Hante sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte?
38:18 ¿Has tú considerado hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.
38:19 ¿Por dónde va el camino á la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas?
38:20 ¿Si llevarás tú ambas cosas á sus términos, Y entenderás las sendas de su casa?
38:21 ¿Sabíaslo tú porque hubieses ya nacido, O porque es grande el número de tus días?
38:22 ¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo,
38:23 Lo cual tengo yo reservado para el tiempo de angustia, Para el día de la guerra y de la batalla?
38:24 ¿Por qué camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la tierra?
38:25 ¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino á los relámpagos y truenos,
38:26 Haciendo llover sobre la tierra deshabitada, Sobre el desierto, donde no hay hombre,
38:27 Para hartar la tierra desierta é inculta, Y para hacer brotar la tierna hierba?
38:28 ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?
38:29 ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?
38:30 Las aguas se endurecen á manera de piedra, Y congélase la haz del abismo.
38:31 ¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades, O desatarás las ligaduras del Orión?
38:32 ¿Sacarás tú á su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con sus hijos?
38:33 ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?
38:34 ¿Alzarás tú á las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?
38:35 ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y diránte ellos: Henos aquí?
38:36 ¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dió al entendimiento la inteligencia?
38:37 ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,
38:38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros?
38:39 (H39-1) ¿CAZARAS tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,
38:40 (H39-2) Cuando están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para acechar?
38:41 (H39-3) ¿Quién preparó al cuervo su alimento, Cuando sus pollos claman á Dios, Bullendo de un lado á otro por carecer de comida?
39:1 (H39-4) ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?
39:2 (H39-5) ¿Contaste tú los meses de su preñez, Y sabes el tiempo cuando han de parir?
39:3 (H39-6) Encórvanse, hacen salir sus hijos, Pasan sus dolores.
39:4 (H39-7) Sus hijos están sanos, crecen con el pasto: Salen y no vuelven á ellas.
39:5 (H39-8) ¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?
39:6 (H39-9) Al cual yo puse casa en la soledad, Y sus moradas en lugares estériles.
39:7 (H39-10) Búrlase de la multitud de la ciudad: No oye las voces del arriero.
39:8 (H39-11) Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde.
39:9 (H39-12) ¿Querrá el unicornio servirte á ti, Ni quedar á tu pesebre?
39:10 (H39-13) ¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti?
39:11 (H39-14) ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, Y le fiarás tu labor?
39:12 (H39-15) ¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, Y que la allegará en tu era?
39:13 (H39-16) ¿Diste tú hermosas alas al pavo real, O alas y plumas al avestruz?
39:14 (H39-17) El cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los calienta,
39:15 (H39-18) Y olvídase de que los pisará el pie, Y que los quebrará bestia del campo.
39:16 (H39-19) Endurécese para con sus hijos, como si no fuesen suyos, No temiendo que su trabajo haya sido en vano:
39:17 (H39-20) Porque le privó Dios de sabiduría, Y no le dió inteligencia.
39:18 (H39-21) Luego que se levanta en alto, Búrlase del caballo y de su jinete.
39:19 (H39-22) ¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho?
39:20 (H39-23) ¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable:
39:21 (H39-24) Escarba la tierra, alégrase en su fuerza, Sale al encuentro de las armas:
39:22 (H39-25) Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada.
39:23 (H39-26) Contra él suena la aljaba, El hierro de la lanza y de la pica:
39:24 (H39-27) Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, Sin importarle el sonido de la bocina;
39:25 (H39-28) Antes como que dice entre los clarines: Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y la vocería.
39:26 (H39-29) ¿Vuela el gavilán por tu industria, Y extiende hacia el mediodía sus alas?
39:27 (H39-30) ¿Se remonta el águila por tu mandamiento, Y pone en alto su nido?
39:28 (H39-31) Ella habita y está en la piedra, En la cumbre del peñasco y de la roca.
39:29 (H39-32) Desde allí acecha la comida: Sus ojos observan de muy lejos.
39:30 (H39-33) Sus pollos chupan la sangre: Y donde hubiere cadáveres, allí está.
40:1 (H39-34) A más de eso respondió Jehová á Job y dijo:
40:2 (H39-35) ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda á esto.
40:3 (H39-36) Y respondió Job á Jehová, y dijo:
40:4 (H39-37) He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
40:5 (H39-38) Una vez hablé, y no responderé: Aun dos veces, mas no tornaré á hablar.
40:6 (H40-1) ENTONCES respondió Jehová á Job desde la oscuridad, y dijo:
40:7 (H40-2) Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y explícame.
40:8 (H40-3) ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás á mí, para justificarte á ti?
40:9 (H40-4) ¿Tienes tú brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como él?
40:10 (H40-5) Atavíate ahora de majestad y de alteza: Y vístete de honra y de hermosura.
40:11 (H40-6) Esparce furores de tu ira: Y mira á todo soberbio, y abátelo.
40:12 (H40-7) Mira á todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta á los impíos en su asiento.
40:13 (H40-8) Encúbrelos á todos en el polvo, Venda sus rostros en la oscuridad;
40:14 (H40-9) Y yo también te confesaré Que podrá salvarte tu diestra.
40:15 (H40-10) He aquí ahora behemoth, al cual yo hice contigo; Hierba come como buey.
40:16 (H40-11) He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su fortaleza en el ombligo de su vientre.
40:17 (H40-12) Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus genitales son entretejidos.
40:18 (H40-13) Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro.
40:19 (H40-14) El es la cabeza de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su cuchillo á él se acerque.
40:20 (H40-15) Ciertamente los montes producen hierba para él: Y toda bestia del campo retoza allá.
40:21 (H40-16) Echaráse debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos.
40:22 (H40-17) Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo cercan.
40:23 (H40-18) He aquí que él tomará el río sin inmutarse: Y confíase que el Jordán pasará por su boca.
40:24 (H40-19) ¿Tomarálo alguno por sus ojos en armadijos, Y horadará su nariz?
41:1 ¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua?
41:2 ¿Pondrás tú garfio en sus narices, Y horadarás con espinas su quijada?
41:3 ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Hablaráte él lisonjas?
41:4 ¿Hará concierto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo?
41:5 ¿Jugarás tú con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas?
41:6 ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes?
41:7 ¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, O con asta de pescadores su cabeza?
41:8 Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.
41:9 He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun á su sola vista se desmayarán.
41:10 Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién pues podrá estar delante de mí?
41:11 ¿Quién me ha anticipado, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.
41:12 Yo no callaré sus miembros, Ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición.
41:13 ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará á él con freno doble?
41:14 ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.
41:15 La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.
41:16 El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.
41:17 Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.
41:18 Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.
41:19 De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden.
41:20 De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve.
41:21 Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.
41:22 En su cerviz mora la fortaleza, Y espárcese el desaliento delante de él.
41:23 Las partes momias de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven.
41:24 Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.
41:25 De su grandeza tienen temor los fuertes, Y á causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.
41:26 Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, Ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.
41:27 El hierro estima por pajas, Y el acero por leño podrido.
41:28 Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan aristas.
41:29 Tiene toda arma por hojarascas, Y del blandir de la pica se burla.
41:30 Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudez en el suelo.
41:31 Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento.
41:32 En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana.
41:33 No hay sobre la tierra su semejante, Hecho para nada temer.
41:34 Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.
42:1 Y RESPONDIO Job á Jehová, y dijo:
42:2 Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
42:3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin ciencia? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; Cosas que me eran ocultas, y que no las sabía.
42:4 Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.
42:5 De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
42:6 Por tanto me aborrezco, y me arrepiento En el polvo y en la ceniza.
42:7 Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.
42:8 Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto á él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rec
42:9 Fueron pues Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamatita, é hicieron como Jehová les dijo: y Jehová atendió á Job.
42:10 Y mudó Jehová la aflicción de Job, orando él por sus amigos: y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
42:11 Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una
42:12 Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.
42:13 Y tuvo siete hijos y tres hijas.
42:14 Y llamó el nombre de la una, Jemimah, y el nombre de la segunda, Cesiah, y el nombre de la tercera, Keren-happuch.
42:15 Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra: y dióles su padre herencia entre sus hermanos.
42:16 Y después de esto vivió Job ciento y cuarenta años, y vió á sus hijos, y á los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.
42:17 Murió pues Job viejo, y lleno de días.